lunes, 22 de marzo de 2010

Una vez más...

Siento miedo, mucho miedo. Permanezco de pie, tenso, esperando una respuesta,y ella frente a mí con cara inexpresiva. Es entonces cuando cierra los ojos y agacha levemente la cabeza. Son décimas de segundo que se transforman en aguijones entre mis entrañas, y el mundo comienza a caerse... una gota de vidrio le resbala bajo unos ojos que ahora comienzan a abrirse de nuevo, al tiempo que levanta la mirada. Sonríe. Es entonces, y sólo entonces cuando me convierto en el ser más feliz de la Tierra. Sin duda, el más feliz. Ahora yo también sonrío, y por primera vez desde hace mucho tiempo alguien observa mis lágrimas. Esta vez de felicidad, al igual que las suyas. Cierro los ojos para secarme... los abro. Despierto.


En cuento a los sueños, creo que los hay de dos tipos: aquellos que son mentiras hasta que dejan de serlo, y los que nos consuelan sin más. Éste es uno de ellos.