lunes, 23 de marzo de 2009

Un día en suburbia


Y aquel día la foto en blanco y negro volvió a mirarme desafiante desde el bolsillo,
me dijo: "ya sabes lo que toca, idiota".
Pero yo no la sigo.
Me dijo: "recoge tu ropa y explota".
Pero yo observo la foto y la tiro.
Y me digo: "no seas bobo, coño, sabes que ella va contigo".
Y lo sé, ya lo se... que volverá cuando vuelva a sentir frío.
Pero al fin decido: "no, hoy no, tío".

sábado, 21 de marzo de 2009

Sigo aprendiendo




Pienso y sueño con salvar vidas,
en un mundo desolado en el que te pisan y pisan.
Sueño y pienso que esa es mi cima,
que no me importa que me pisen, mira, mira...

...yo siento que contigo me equivoqué,
que en cierto modo te fallé, que no ves, que no sé...
... yo siento que de ti me enamoré, me pillé,
y que de ostia en ostia te perdí y me marché.

No pude curarte, ni te curaré,
no pude ayudarte, ni ahora lo voy a hacer.
Quizás suene frío, rencoroso y aniñado,
pero no es así, soy reflejo de tus manos

que tanto hicieron, deshicieron y rompieron,
fueron erosionando todo lo que tuve dentro,
y así me siento... e intento mirar por miedo,
pero sólo encuentro trozos de un circo de hielo.

Tus manos arañan aún esta puerta rota,
se clavan las astillas pero no me importa
que sangre, eso ya es un continuo...
... me gritas, pero ya no tengo oídos

o al menos para ti,
pues escucho y más que nunca a aquellos que casi perdí
por tus miradas, jugadas tan amañadas que yo confundí...
pero ahora al fin, aprendo a ser feliz,

pues sin querer y en un mes ganas más que en mil
si sabes buscar, si te dejas llevar por la casualidad...
el enano y el hermano sé que siempre estarán ahí,
son varias las personas que día a día me salvan a mí.

martes, 17 de marzo de 2009

Persecución

...La mujer de unos 70 años rodea una gran columna, de esas que soportan la biblioteca. Tiene cara de terror. Sus ojos desorbitados transmiten miedo e inseguridad, buscando una salida, huyendo de algo o de alguien, asomándose por un lado y por otro.

...En el lado opuesto de la columna, una mujer unos 20 años más joven. Cara de tristeza mezclada con desesperación, con movimientos vagos y algo cansinos, cargada con bolsas, parece estar buscando algo o a alguien, asomándose por un lado y por otro.

Los ojos de ambas mujeres se encuentran, y la más mayor se asusta, se agita.

Esa mujer de las bolsas le ha encontrado de nuevo. No sabe por qué le sigue, no sabe qué quiere de la pobre anciana, no sabe por qué conoce su nombre...

La espía consigue hacerse con el brazo de la señora, pero ésta se suelta de un tirón, se da media vuelta y sale corriendo, todo lo que sus años le permiten, alejándose de la entrada al edificio. Mira hacia atrás de vez en cuando. Se para. Camina.

Pero la incansable espía sigue a su presa, con aire cansado. Simplemente camina hacia ella. Tarde o temprano sabe que la alcanzará...

...y la alcanza. La perseguida se vuelve, y asustada se esconde tras unos estudiantes. Pero su enemiga la descubre, y en un ataque de nervios da un pequeño salto al tiempo que agita violentamente sus brazos hacia aquella desconocida, y todos los presentes podemos escuchar un grito: "¡BASTA!".

La mujer de las bolsas parece decir algo en un tono bajo, cansino y tranquilizador, pero imposible de escuchar.

La anciana se da media vuelta, y de nuevo sale andando hacia la carretera, acelerando cada vez más el paso. Un coche pasa a su lado rápido, y poco falta para que acabara la persecución. Pero consigue seguir, ahora calle arriba, mientras su sombra la sigue de cerca, meneando la cabeza con impotencia.

La que va primera vuelve la mirada de nuevo, y al ver que la desconocida sigue detrás, echa a correr... y en unos segundos las dos personas desaparecen tras los edificios.




Debe ser muy angustioso que te persigan sin saber por qué. Debe ser frustrante no poder desacerte de tu propia sombra. Debe ser muy duro no recordar, sentirte solo e indefenso... pero más duro debe ser ver cómo tu propia madre no te reconozca, y que huya de ti.


viernes, 13 de marzo de 2009

Caras


... y en aquel bar había miles de caras, y cientos de caras parecidas, pero ninguna cara igual... todos se mueven a un mismo son, y yo retrasado en la voz y en los pasos, doy un paso adelante e intento integrar mi imagen en un mundo paralelo lleno de aire ondulado y borroso...

... otro agua anaranjado me hace recordar que al menos en esto puedo ganar... ¿ganar o perder? según se mire. Yo sigo buscando caras en un intento de abstraerme de los empujones y de las canciones rotas... pero es inútil. Veo caras, de entre todas las caras desconocidas, comodín, humeantes, morbosas, inertes... encuentro caras familiares, caras simpáticas, pero ninguna cara igual.

Es curioso como en el lugar más cálido, más prieto y agobiante puedes sentirte el ser más solitario de la Tierra a veces... el ser más frío e inerte... pero al fin y al cabo un ser, que sólo busca caras...

...caras que confundimos, que aparecen entre las sombras del aire ondulado... caras que recordamos, caras que no van a estar ahí, pero que sin embargo están. Las vemos.

Y así, como para un ciego sus manos llegan a ser sus ojos, las mías intentan abrirse paso entre la gente, entre las caras tan parecidas... pero ninguna igual... y al salir al fin respiro, al fin distingo, al fin comprendo, que no hay caras, sino cuerpos sometidos ante un mismo ritmo estereotipado... cuerpos hinchados de energía, pero vacíos al fin y al cabo, que se consumen con cada espiración, con cada mirada al cielo... cuepos que visten caras, algunas de ellas parecidas, pero ninguna igual...

jueves, 12 de marzo de 2009

martes, 10 de marzo de 2009

Contacto


"Es la sensación de contacto... en cualquier ciudad por la que camines, ¿comprendes?, pasas muy cerca de la gente y esta tropieza contigo. En Los Angeles nadie te toca. Estamos siempre tras este metal y cristal y añoramos tanto ese contacto que chocamos contra otros sólo para poder sentir algo".
Don Cheadle.

Crash (colisión)

viernes, 6 de marzo de 2009

Ocho letras

Lo reconozco, yo no soy de Letras... pero hoy ocho de ellas me cambiaron un poco la vida, para darme una segunda oportunidad.

...Te sorprendes, shock, primer intento de asimilación, te da un bajón, sospechas, temes, lo intentas negar, piensas alternativas... y finalmente lo aceptas.

Es mejor así. Lo guardas en tu interior, y sólo sale a la luz cuando se pronuncia la palabra clave, o en su defecto una vez llegada la noche... cuando este coco humano parece ponerse en marcha.

Pero hoy, dos meses y medio después, aparecieron esas letras, simples marcas de tinta negra, que te dejan respirar.

Que hoy lloviese, que hiciese mucho frío... con tormenta a ser posible, que llegara a casa con los pies llenos de barro y pantalones calados, que se me hubiera caído el vaso de leche al sacarlo del microondas, que me hubieran interrumpido la siesta, que internet no furulara, que se me hubiera acabado la batería en ambos móviles... o lo que es peor... en el iPod!!!!... Que no me quedara dinero en la cuenta, que me hubiera cabreado con la mitad de mis amigos... todo eso junto no hubiera sido capaz de estropearme el día, porque hoy soy feliz.

En cambio no fue así.

Tarde de charla agradable, conociendo nuevos bares y sintiendo el arte a través de un piano. Arte... ¿qué es realmente el arte? No es una partitura, ni un piano, ni el pianista, ni siquiera una melodía... El arte es el hecho de que te consigan poner los pelos de punta al escuchar dicha melodía.

Y para cerrar la jornada... cumpleaños feliz con charla y risas hasta las 3 30 am... (bueno... y una garganta algo irritada, con su tos perruna y algo de fiebre... pero eso, eso hoy no me va a estropear el día).

Muchas gracias!XDD

miércoles, 4 de marzo de 2009

Perdido


Al volante todo resulta más fácil. Con leves movimientos conseguimos huir hacia donde nos de la gana. Aislados, al tiempo observadores, al tiempo veloces...
La música envuelve la cabina, y ya no deseo nada más, sólo música...


...Es entonces cuando aparezco solo, en un desierto. Sin coche, de pie, de día. Pongo la mirada en el cielo y el sol me ciega, me abrasa la cabeza, y el sudor comienza a recorrer mi cuerpo. De fondo continúa escuchándose el piano con la electrónica, y al rato le sigue la eléctrica... huele a tormenta. No me lo pienso dos veces, y a pesar de no llevar mi iPod echo a correr instintivamente, quizá huyendo del nubarrón negro que acerca a mis espaldas...


"Esto no se parece en nada a las calles charras,"
...pero mi ritmo y mis pasos sienten la música como si conocieran aquella tierra árida, como si una noche más saliera rumbo a las afueras de la ciudad, en busca de tranquilidad.

Sigo corriendo. Al fondo puedo ver algo verde, una mancha verde y marrón que se va agrandando. De repente el silencio, seguido de un resplandor que convierte durante décimas de segundo toda la arena amarillenta en nieve ficticia. Me asusto, pero no pienso parar, no pienso mirar hacia atrás, no ahora. No pasan tres segundos cuando un rugido, seguido de otros tantos, comienzan a taladras mis oídos... y comienza a llover. La tormenta se acerca.

Un solo de piano, con una eléctrica apenas apreciable, se une a los golpes del agua sobre la arena seca. Ya no hay mancha verde y marrón, sino verdes hojas, altos árboles, que se acercan hacia mí, y yo penetro en ellos tan veloz como puedo... tan húmedo y cansado como cuando a casa vuelvo.

De nuevo silencio. Verde, hojas, marrón, hojas, hojas y más hojas... rodeado de un sin fin de vegetación, y a pesar de haber traspasado la línea sigo corriendo... corriendo... al fondo se siguen escuchando los rugidos, y el goteo del agua comienza a ser constante, aunque ya no empapa mi cuerpo.

Entonces llego a un claro, y me paro.

En el centro un mástil de madera, y mi mirada alzándose poco a poco, acompañada del ritmo electrónico más apropiado, que se va apagando conforme va llegando al final del recorrido. Ante mis narices un indicador con miles de carteles atravesados en perpendicular... cada uno con su nombre, con su dirección, con su sentido. Silencio, al fin.

Sin embargo, estoy tan cansado que no me queda otra que acercarme al dichoso palo y sentarme, recostando mi dolida espalda el la vieja madera. Es entonces cuando en mi mente sólo caben unas palabras en hip-hop:

"Vivo atrapado entre amenazas intangibles que me rodean,
asfaltos ardiendo bajo vientos de cambio que me bloquean,
escapo,y alli a donde yo voy no llega el sonido desesperado
del tumulto que lucha por un mañana incierto.
Alli donde yo voy no hay frustracion,
ni injusticia, ni violencia,
ni sirenas, ni alarmas de coche,
nadie agobiandote, ni locos soltando tacos o meando en la calle.
Alli encuentras el silencio, encuentras la paz, encuentras a ... Dios."


martes, 3 de marzo de 2009

"Guardián"


Todo nombre tiene su significado.