sábado, 31 de octubre de 2009

Muertos vivientes




Ellos, vivos y despiertos,
de noche abren sus puertas
y salen al encuentro
de luces que parpadean
en colores de todo el espectro,
ansiosos por probar el néctar
que aturde el jucio y el tiempo.

Condición que les devuelve la vida
para poder morir cada noche;
ellos en su metro cuadrado alucinan,
presente el silencio no oyen,
pero entre el ruido se comunican,
sacan sus dientes por cada reproche
y muerden para sanar sus heridas.

Despiertan muertos cuando aparece un nuevo día,
un sabor metálico les hace recordar,
el espejo les observa con miles de heridas,
pero ya es demasiado tarde para abandonar...
Intentan dar un paso más hacia su otra vida,
lo mínimo es lo máximo, y las horas pasan sin más.
Una vida que no es vida, sino máscara de felicidad.

miércoles, 7 de octubre de 2009

Perder y encontrarse


¿Estamos condenados a seguir un rebaño?
No, si nosotros no queremos. No, si eso conlleva a perder una parte de nosotros.
Más bien, estamos concenados a seguir un rumbo... y esta condena procede de nuestra propia condición humana. El hombre necesita seguir un rumbo, necesita coger un camino, o salirse de él para coger otro... necesita seguir sus sentidos, tomar un sentido... en fin, dar un sentido a su vida.

(O al menos eso creo yo)

Muchas pesonas se intentan aferrar a un tren que ya partió hace unos segundos... al principio les cuesta, tienen que correr, se cansan... unos consiguen al fin subir al tren en marcha, pero cuando éste llega a su destino se sorprenden, pues no les llevó al destino deseado. Otros, en cambio, corren con la mirada fija en el tren, tan obsesionados, tan absortos que no se dan cuenta que el andén llega a su fin, y se caen, miran a su alrededor, y cuando se dan cuenta están solos en medio de ninguna parte, perdidos en sí mismos.

Es difícil coger los trenes que ya partieron, pero no imposible. Ahora bien, antes sería bueno pensar si merece la pena perder una parte de nosotros a cambio. Simpre podemos ir caminando junto a las personas que también perdieron el tren, que también llegaron tarde... quizás tengamos más cosas en común con ellos, ¿no?