domingo, 10 de mayo de 2009

Salta, ríe, baila... descansa



Y me subí a un tren, de destino incierto, deseado pero incierto, y cansado de los vagabundos de la última clase, que apestan a pobreza de frutos e ilusiones, decido bajarme de aquel tren tan lento...
...me tiro del tren en marcha, justo antes de que su vía acabe, y a pesar de las pequeñas heridas, comienzo a caminar, alejándome de las vías, no vaya a ser que otro tren me arrastre hacia otra estación incierta, quizá relajante, pero incierta...
Veo trenes pasar, escucho los trenes pasar, dicen que la próxima estación está cerca, pero continuo caminando sin más...
Me acerco al pueblo más próximo, me introduzco en sus entrañas, y me paro en el bar nostálgico de la plaza... sentado en la terraza duermen los pies rotos, y puedo digerir aquella luz tan saludable, y beber un poco del aire de las montañas... esto sí que es vida.

...más vale un minuto de tranquilidad, que apostar un todo o nada a la señora felicidad...

viernes, 1 de mayo de 2009

Analizando mis pasos



Camino hacia la salida tranquilo,
detrás del que nos enseña sigo
y no para agobiarle con peloteos,
con preguntas sin sentido,
salgo de la clase veloz y sin motivos,
o eso creo... salgo sin deseo
de toparme con varios tipos trepas,
que salen con sus cornetas,
proclamando a los cuatro vientos que tienen ciencia,
que piden audiencia
en cada minuto de su existencia;
el ego les pierde, y yo les hago mi reverencia
más sincera, como sus caretos de cera,
moldeados con madera del árbol por el que trepan, trepan...
...pisando cabezas, aunque eso no esté en el contrato,
aunque no esté firmado,
ellos lo hacen por placer siempre y cuando
tengan un puesto asegurado
junto a alguien importante y descuidando
su entorno al que pisan y utilizan,
que da oportunidades y se marchita,
se muere, se limpia, se recicla...

Salgo al fin a la calle, el frescor de la mañana todo cura,
aunque sienta esa mirada que analiza, clavada en mi nuca,
que unas veces camina a mi lado, y otras me sigue muda,
que no sorda, ni ciega, tan sabia como atenta, tan sutil cual escopeta.

Paso por aquella cafetería y pienso
que mis visitas fueron en aumento,
compartiendo tan buenos momentos,
risas, bromas, historias, secretos,
que hacen que valga la pena todo esto,
mientras esa persona que tanto aprecio
enciende mi mente, mis músculos, mis nervios...
mi tripa y mi vida se llenan, y tanto aprendo...

Camino y camino, llego a casa sin respiro,
y en el portal recuerdo al vecino que tanto vino,
cerveza y demás alcohol bebimos, pero nos confundimos
con su fachada de sonrisas y lágrimas,
de apariencias que engañan,
de chulería sin elegancia,
de convenios firmados con aire y telarañas.

Cierro la puerta tras de mí, llego a casa,
por fin respiro, y mi segundo hermano habla,
entonces todo cambia, porque hay seres que no engañan,
hay gente tan sincera como honrada, sabia...
a veces con rabia por motivos no inventados,
con errores como todos, y virtudes como pocos,
que son ya cinco años compartiendo nuestros modos,
nuestras vidas, nuestras risas con dolor de tripa...
porque hay cosas que no cambian,
la auténtica amistad, la fraternidad...
así es mi vida en esta cuidad... analízala.