viernes, 21 de diciembre de 2012

Regreso de nuevo

Solo. Una vez más regreso mirando al suelo, con la misma botella de agua en la mano. Dolido. Demasiados cambios en tan poco tiempo, y ahora el tiempo parece haberse parado. Desorientado. Cada paso hace cambiar el viento, y mi voz se va perdiendo en medio del mar. Lento. Siempre tarde, poco práctico, ni descanso ni trabajo en un constante fracasar. Rabioso. Con los débiles, con los que quiero, rojo como fuego vomito palabras de acero. Inerte. Da igual si está bien o mal, ni siento ni deseo, no busco ayuda ni consuelo.

sábado, 5 de noviembre de 2011

Me pregunto

Decepcionado.
Ya ni siquera me pregunto ¿por qué...? Pues por esa misma razón fui el único de entre millones en conseguir aquella meta redonda, hace ya unos cuantos años...
Ahora me pregunto ¿hasta cuándo...?
La verdad, espero no cambiar esta forma de pensar, espero que no llegue el día en que actúe como la mayoría pasando de todo, o mirándome al ombligo durante horas, o intentando hacer la vida más difícil a los demás... o simplemente evitar hacerla un poco más agradable... no, espero que no llegue ese día.
Todos tenemos nuestros errores, nuestros fallos humanos, cada uno somos de una forma u otra... pero creo que existen unos mínimos que deberíamos respetar... y hablo de respeto, no de miedo.
¿Miedo? Creo que uno de los mayores miedos es el de no reconocerse a uno mismo, pero lo de fuera... lo de fuera no debería darnos miedo, sólo dolor de cabeza.
Y es que a veces me pregunto, ¿seré yo el raro?
¿Es tan difícil decir un "hola", un "hasta luego", sonreir, preguntar...? ¿es tan difícil respetar la vida ajena y las opiniones de los demás? ¿es tan difícil ponerse por un momento, sólo por un momento, en la piel de la otra persona?
Pues parece que sí... y es que al ser humano le cuesta mover un dedo, aunque sea para cambiar el canal de televisión. Pero algunos van más allá, y al caminar impasibles junto a una niña que se está desangrando nos confiesan hasta qué punto hemos perdido nuestra sangre por hielo, dejando nuestro alma metido en el cajón más profundo del sótano, junto a nuestros sentimientos e instintos... las únicas 3 cosas que nos separan de ser una batidora, o un automóvil.

sábado, 2 de julio de 2011

2/7/2011




Lo dejé caer.
Ni siquiera lo dije, no fui duro.
Sólo lo deje caer.
Tan fríos, asustados y desnudos
sus ojos no querían comprender.

Por la otra parte comentarios racistas,
probocadores y llenos de odio.
Burlas fáciles, afiladas como cuchillas
atraviesan todo el envoltorio
y llegan hasta las tripas.

Miradas de desprecio e incomprensión,
que juzgan una vez más sin saber,
miradas que no reconozco ni yo
porque no encuentro en ellas su querer,
sino el enfado por no ser mejor.

Así el inocente se siente culpable
hundido en el más profundo fango.
Quiere cambiar su piel por sangre
o arreglar lo que está estropeado
aunque esto no esté a su alcance.

domingo, 2 de enero de 2011

2/1/2011






Con las manos al volante todo es más fácil. Todo sería más fácil y rápido.

Recuerdo aquellas tardes en la plaza, jugando con los amigos, bocadillo en mano y corriendo con una sonrisa en la cara... todo era tan sencillo, todo merecía la pena, y lo mejor de todo es que ni siquiera me lo planteaba.

Años más tarde, por los famosos pasillos escuché en una ocasión "...pero bueno, que cabizbajo, no?" ...y ahora sé que por aquel entonces ya habría empezado todo.

Uno no puede ser bueno, no puede ser malo, no puede ser. De nada sirve hincharse de ilusiones sabiendo que vas a caminar por un desierto de alfileres, tan árido, tan agobiante, asfixiante... por eso prefiero el frío, prefiero la lluvia, las tormentas, la nieve, el hielo... el silencio congelado de una ilusión congelada que se hizo vieja al volver a la cálida realidad. Entonces se dio cuenta de que estaba desfasada, que había llevado una doble vida, una ciega y la otra bajo la ignorancia.

No puedo acabar de esta forma, en este lado de la carretera, aunque quiera... tampoco puedo ver con claridad... no alcanzo siquiera a verme al espejo... no veo más allá de mis miedos, no veo más que la mitad de uno mismo, atrapado en un chasis de miradas e ideas incrustadas en el cristal... y por eso no veo nada.

Ahora el cristal se acaba de congelar, y un giro inesperado sería quizá lo más acertado.

lunes, 6 de diciembre de 2010

lunes, 1 de noviembre de 2010

Una noche más


Renuncio a la ilusión de ilusionarme con ilusionar aquello que me ilusiona,
no quiero volver a actualizar, pero mi piel siempre se adelanta a mi reloj, y ya está hecho...
No quiero hacer daño, pero una jaula o un olvido pesan lo mismo.
Y cuando vuelvo a mirar a la mesilla ya se acabó un día más con ese mismo sentimiendo... con esas mismas palabras..."mañana..."
Es como lanzar una gran piedra sobre nuestra cabeza y esperar a que caiga, sabemos lo que va a ocurrir, pero no nos apartamos... es una gilipollez, pero muchas veces actuamos así... y con ello no me justifico, aprendo.
Aprendo a no volver a tirar la piedra,a prendo a devorar mañanas, aprendo a deshumanizarme.
Cada día descubro un poco más sobre esta habitación doble, cada día me gusta menos, cada día limpio y cuido del muro que la divide... unos días quiero destruirlo, otros quisiera que fuera aún más alto...
Pero en realidad nunca se movió, y nunca se moverá.

Hola, muro. Me voy a acostar.

lunes, 2 de agosto de 2010


Necesito coger aire y creer que no es una simple idea... necesito palpar mi cuello para diferenciar las sábanas de una brisa bajo los pies... necesito creer que detrás de un grito mudo estará la calma de un escozor que quita el picor, que después de sacar estas balas del teclado podré mirar las cicatrices y comprender un poco mejor cómo llegaron ahí y qué hacer para evitarlo...

Necesito una noche de césped y arerna, de negro y rojo, de agua y espuma, de sabor y tacto, de música y silencio, de luz y tiniebla... que la única ley sea la horizontalidad y que la preocupación más preocupante sea si reírme antes o después de bostezar, o hacerlo a la vez... que el único triunfo sea el poder levantarme, que los únicos que decidan cuándo apagar la luz sean mis párpados, que el único horario me lo ofrezca el sol...

Pero llegará. Todo llega.

domingo, 1 de agosto de 2010

Tarde


"...esa cara de idiota" al entrar en la sala y ver que mis pasos regresan del pasado para volver al futuro, y ver que los viejos siempre saben más y mejor.

Intento seguir unos pasos que ya se alejan y no puedo alcanzar. Intento imitar unas huellas dibujadas sobre limpia cerámica que van y vienen tan incoherentes, tan incomprensibles... sin darme cuenta que la culpa no la tienen las huellas. Una vez más llego tarde. Una vez más...

Quizás sea que me exijo demasiado. Quizás sea que mi listón realmente es otro. Quizás sea que no quiero aceptar otro pedazo de realidad... y es que mi realidad se ve muy distinta tras estos ojos de platón jubilado.

Pero el camino sigue ahí donde lo dejé. Si miro hacia atrás ya apenas puedo verlo... pero está. Demasiado lejos, pero perdura como aquellos recuerdos que quedan para siempre al cerrar los ojos. Pero si bajo la mirada no encuentro la arena del camino, sino la verde hierba que brota junto a él, más cerca de los árboles y de aquel arroyo lleno de vida. Y es que ya me cansé de la arena y su desierto, me cansé de andar por donde pies, ruedas y patas avanzan al mismo son tan mecánicos como su razón, su razón de ser.

Por eso una vez más miro de frente, y tras la vigésimo cuarta tentación decido al fin dar un paso más, ya sea en el presente o en su reflejo... pero otro paso más, al fin...

sábado, 12 de junio de 2010

Miope


Me quedo ciego.

Poco a poco pierdo la visión. A penas se nota la diferencia de un día a otro pero... a veces echo la mirada atrás, y es entonces cuando se nota.

¿Algo maravilloso? Para mí sería el poder ver nítidamente con mis dos ojos, sin plásticos, sin cristales... sólo mi cristalino.

Quizá esto te parezca una tontería, una exageración... si es así, te envidio.

Pero lejos de dar una lección de ciencias te diré que... a veces... me gusta perder la visión... me gusta perderme en esa borrosidad al quitarme las lentes... porque cuanto menos veo más aprendo, cuanto menos aprecio más me esfuerzo por hacerlo... porque cada vez que tengo la oportunidad de "ver" más valoro lo que me rodea...



Aunque a veces... sólo a veces llego cansado a casa, pensando en tantas cosas que me preocupan, que me agobian, que me estresan, o que sencillamente me cansan sin más... que quisiera aparcarlas a un lado, desintegrarlas... pero no puedo. Me quito las gafas y por fin todo se vuelve borroso de nuevo... los detalles ya no existen, no tienen sentido en esta dimensión... a penas se distinguen los bordes, dónde terminan y donde acaban las cosas... sólo se aprecian formas, colores vistosos y destellos de luz... todo es más sencillo, más simple. Dejo mi mente sobre la mesilla, el hábito hecho instinto me guía hacia la cama y por fin... por fin puedo descansar. Mañana será otro día.

viernes, 28 de mayo de 2010

Bajo el agua


Como en una noche cualquiera despiertas,
te pones a caminar,
no intentas salir de la habitación,
sólo quieres llegar
a la supericie de aquella piscina helada,
y poder así respirar
toda la energía que ayer anhelabas,
que no pudiste disfrutar.

Entre los ruidos de discoteca
vuelvo a aturdirme una vez más,
siento que mi cabeza revienta,
no asimilo, me cuesta pensar.
Abro los ojos y todo me da vueltas,
resulta difícil poder controlar
y mantener la cabeza bien sujeta
sin ahogarte en la propia verdad.

Por eso intento coger aire,
respiro fuerte una vez más,
cierro los ojos tan inerte,
sabiendo que volverá a pasar.
Dejo caer mi peso y mi mente
vuelve a caer una vez más,
toco fondo tranquilo y ausente
entre las sábanas al despertar.