viernes, 28 de mayo de 2010

Bajo el agua


Como en una noche cualquiera despiertas,
te pones a caminar,
no intentas salir de la habitación,
sólo quieres llegar
a la supericie de aquella piscina helada,
y poder así respirar
toda la energía que ayer anhelabas,
que no pudiste disfrutar.

Entre los ruidos de discoteca
vuelvo a aturdirme una vez más,
siento que mi cabeza revienta,
no asimilo, me cuesta pensar.
Abro los ojos y todo me da vueltas,
resulta difícil poder controlar
y mantener la cabeza bien sujeta
sin ahogarte en la propia verdad.

Por eso intento coger aire,
respiro fuerte una vez más,
cierro los ojos tan inerte,
sabiendo que volverá a pasar.
Dejo caer mi peso y mi mente
vuelve a caer una vez más,
toco fondo tranquilo y ausente
entre las sábanas al despertar.

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